El seleccionado se impuso por 4 a 1 ante el conjunto asiático; ¿cómo evaluás el desempeño del equipo de Maradona?, ¿qué destacás?; ¿y cuáles son los aspectos a corregir?
Messi, nuevamente, jugó con las riendas en sus manos, Di María se hizo amigo del balón y Tevez, en una posición que no siente, aportó esfuerzo, decisión y algo de barullo para asociarse con Messi. Hasta ahí, un primer tiempo casi redondo para el seleccionado, de no ser por la lesión de Samuel: el equipo no había hecho mucho desgaste, llegó al gol con dos centros y la defensa no había tenido sobresaltos.
Sin embargo, una jugada intrascendente fue mal resuelta por Demichelis, que en su exceso de confianza le permitió a Cheng Young Lee "robar" el balón y definir ante Romero. Así, con esa desatención finalizó el primer tiempo.
Corea no cambió el esquema en el segundo tiempo y a la Argentina le costó recuperarse del error de Demichelis. Una infantil amonestación para Jonás, por tirar la pelota lejos, seguida de otra amarilla para Mascherano pusieron en evidencia que el seleccionado se complicó solo, por momentos, en un partido que tenía controlado. Yeom Ki Hun tuvo el empate en sus pies, pero la tiró afuera.
Al seleccionado, al igual que ante Nigeria, le costó capitalizar el envión inicial. La entrada de Agüero, a quince minutos del final, sacó a la Argentina de la laguna para ratificar el poder y desequilibrio que tiene este plantel del medio hacia adelante. Dos grandes combinaciones con Messi terminaron con dos goles del oportuno Higuaín, que acompañó las jugadas para una definición sin problemas (el tercero de su cosecha, con otro buen cabezazo).
La Argentina pudo salir por sus propios medios de la confusión en la que entró sola. La selección mostró ante un modesto rival que es un equipo descompensado, pero que no le queda grande la chapa de candidato. Es temible y agresivo cuando Messi encuentra espacios y peligroso cuando defiende.