La escena se repitió varias veces. Bielsa ordenaba movimientos tácticos y luego los revisaba. Si había dudas o errores, le pedía a los futbolistas que miren la computadora para que miraran la repetición de la jugada.
El método permite a Chile jugar casi de memoria. Todos saben sus tareas, sus movimientos. Por ejemplo, cuando Carlos Carmona sale a marcar un ataque rival, Jean Beasejour baja a defender en el medio.
Todas las jugadas posibles están preformateadas en la notebook, incluidas las 27 variantes de saques laterales que Bielsa trabajó desde su paso por Newells.
Todo movimiento está estudiado, aunque Bielsa también permite un lugar a lo subjetivo.
En sus charlas a mineros, profesores y estudiantes de las regiones de Chile, repitió varias veces que puede tolerar cualquier indisciplina, excepto que un jugador pierde el espíritu de lucha.