
El partido no tuvo un claro dominador. Friccionado y con la solidez defensiva que caracteriza a ambos conjuntos, el empate estuvo a la altura del estreno mundialista de los integrantes del Grupo F, que también integran Eslovaquia y Nueva Zelanda. De todas formas, la fricción no le sacó dinamismo e intensidad al choque. Quizás, el cruce más emotivo de los que se vieron hasta el momento en la Copa del Mundo.
En el primer tiempo, Italia dominó durante los primeros minutos, ganó el mediocampo y aprovechó la velocidad que ofreció la lluvia que cayó sobre el césped, en Ciudad del Cabo. Pero la última línea paraguaya le cerró las puertas y, a los 38, el equipo dirigido por Gerardo Martino pudo salir del fondo gracias al gol de Alcaraz. El 1 a 0 parcial fue demasiado premio para Paraguay e Italia lo entendió así al salir al campo en la segunda etapa.
Quien no ingresó tras el descanso fue el arquero italiano Buffon. Con una molestia en la espalda, el guardameta fue reemplazado por Marchetti.
Ya en el segundo tiempo, los de Lippi fueron en busca de la igualdad y a los 18, tras un tiro de esquina de Pepe y un error en la salida de Villar, De Rossi entró por el segundo palo y convirtió el tanto del empate. Italia llenó de centros el área paraguaya, pero, más allá de la intensidad, los dos parecieron conformes con el resultado. Sin arriesgar demasiado en los últimos metros y con un conjunto sudamericano que no pudo sostener el ritmo físico que el cotejo exigía, el empate se tornó inamovible. Fieles a sus historias futbolísticas, Italia y Paraguay cerraron la cuarta jornada de la Copa con una igualdad que tuvo los condimentos que ambos conjuntos prometían en la antesala del debut en tierra sudafricana.